Los centros comerciales en Chile no solo son puntos de venta, sino que también desempeñan un papel crucial como espacios de interacción social y recreación. Estos lugares, que atraen a multitudes, especialmente los fines de semana, se han convertido en motores esenciales para la economía tanto a nivel local como nacional. A raíz de las elecciones y del plebiscito recientes, la Cámara Nacional de Comercio (CNC), en colaboración con Marcas del Retail y la Cámara de Centros Comerciales, implementó una encuesta dirigida a relevantes actores del sector, muchos de los cuales operan sus locales en espacios gestionados bajo un mismo nombre, como malls y strip centers, con el objetivo de medir el impacto que ha tenido el cierre obligatorio durante esos días clave.
La encuesta, que incluyó a 1.113 locales comerciales y más de 12.500 trabajadores, excluyendo tiendas por departamento, reveló resultados alarmantes. Un 75% de las ventas de los participantes proviene de locales ubicados en centros administrados, cifra que se incrementa al 85% en el caso de las pequeñas empresas. Resulta particularmente preocupante que el 97% de los encuestados haya manifestado haber cerrado sus locales durante elecciones anteriores, impactando directamente en el 81% de los establecimientos consultados. Además, se reportó que el 74% consideró que el impacto económico del último cierre fue «alto», y el 53% indicó haber enfrentado caídas en sus ventas mensuales de entre un 5% y un 10%, con una disminución promedio del 9,7% en comparación con meses sin restricciones.
En un contexto donde la democracia y la actividad económica deben coexistir, la encuesta también puso de manifiesto una gran disposición entre los comerciantes para encontrar una solución viable. Un amplio 91% de los encuestados opinó que es factible compatibilizar el derecho a voto con el funcionamiento de los locales comerciales. Entre las opciones más apoyadas para lograr este equilibrio, el 63% propuso una apertura parcial con turnos de trabajo, mientras que un 54% sugirió mantener los locales abiertos bajo un plan de votación para los empleados. Solo un 6% consideró la opción de abrir por la tarde, después del cierre de las urnas.
El impacto del cierre obligatorio del comercio durante las elecciones se traduce en consecuencias económicas directas y significativas para miles de trabajadores y pequeños emprendedores, quienes a menudo dependen de esos días para mantener sus operaciones. Este cierre no solo afecta las finanzas de los comercios, sino que también repercute en el bienestar de los empleados, cuya estabilidad laboral es fundamental en un entorno económico que aún muestra signos de recuperación lenta y elevada informalidad.
Frente a estos hallazgos, desde el gremio se hace un enérgico llamado a las autoridades para que reconsideren la necesidad de cerrar por completo los comercios durante las jornadas electorales. La propuesta busca incentivar la evaluación de alternativas que permitan salvaguardar el derecho cívico al sufragio sin sacrificar el desarrollo económico. Solo a través de un diálogo constructivo y la implementación de medidas que concilien ambas necesidades se podrá avanzar hacia una Chile más próspero y participativo.