El fenómeno La Niña está próximo a llegar a Chile, con una probabilidad del 65% de que se establezca entre julio y septiembre, y un 95% de probabilidad de que llegue entre noviembre de 2024 y enero de 2025, según la NOAA.
La Niña trae consigo un clima diferente al de El Niño, caracterizado por menores precipitaciones y temperaturas más bajas. Esto implica un verano menos caluroso para la zona central, lo cual es positivo al reducir el riesgo de incendios forestales. En el norte, sin embargo, podría intensificarse el invierno altiplánico, aumentando el riesgo de aluviones debido a la abundante lluvia durante la temporada de verano.
En la zona sur, la reducción de lluvias podría incrementar el riesgo de incendios forestales debido a la sequedad de la vegetación. Este patrón climático, opuesto a El Niño, marcará una diferencia notable en comparación con los últimos veranos que han sido más calurosos y húmedos.
Adaptaciones y Preparativos
Es crucial que las autoridades y comunidades se preparen para los cambios que traerá La Niña. La disminución de temperaturas puede ser una oportunidad para gestionar mejor los recursos hídricos y planificar acciones preventivas contra incendios. En el norte, la preparación para aluviones será esencial para mitigar posibles daños.
La Niña traerá un cambio significativo al clima chileno este próximo verano, con temperaturas más bajas y patrones de lluvia alterados. La preparación y adaptación serán claves para enfrentar estos nuevos desafíos climáticos.
