La tendencia japonesa que propone envejecer de manera natural

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El concepto wellaging se opone al famoso anti age, que plantea detener el tiempo. La importancia de prevenir antes de las primeras señales y el auge de los tratamientos poco invasivos que nutren al rostro sin cambiar su fisonomía.

Wellaging es un término nacido en Japón, popularizado como “el arte de envejecer bien”.

Los especialistas lo oponen al afamado “anti aging”, que plantea intervenciones estéticas que cambian por completo el aspecto del rostro o pretenden detener el paso del tiempo.

“Hoy en día, las personas buscan prevenir las arrugas, eliminar las manchas o mejorar la luminosidad de la piel sin que se note que lo han hecho a través de un tratamiento. Se alejan de los tratamientos invasivos y apuestan por aquellos que ofrece al rostro los nutrientes que necesita, sin hacerlo parecer diferente ni transformado”. Así explicó a Infobae la médica cirujana Cristina Sciales (MN 66.744) la tendencia que domina hoy la medicina estética. “Los pacientes demandan resultados naturales que mejoren el estado de su rostro pero que no cambien su expresión ni sus formas”, agregó.

Planteó que “el wellaging permite adelantarse al futuro de cada paciente, en lo que al fotoenvejecimiento se refiere, y predecir y redirigir el envejecimiento para mejorar la belleza del rostro. Las personas que adoptan este concepto rechazan los procedimientos quirúrgicos que no aseguran un resultado natural”.

Pero, ¿a qué obedece esta tendencia que propone envejecer naturalmente y por qué cada vez más personas optan por “disminuir” los signos del paso del tiempo lo más que puedan sin que se advierta que se sometieron a algún procedimiento médico?

En opinión de la médica dermatóloga Irene Bermejo (MN 60.438), “el tema del envejecimiento siempre fue una preocupación tanto para mujeres como hombres”. Y tras analizar que “al igual que en la vestimenta o en el pelo, las modas pasan por distintas tendencias”, apuntó que en medicina estética se pasó de una tendencia artificial a la naturalidad, que es lo que se impone hoy. Las personas sienten que pueden estar mejor, verse más luminosas y radiantes, pero conservando la naturalidad, y el respeto por las formas individuales de cada uno”.

Las personas optan por respetar su fisonomía y mejorar sobre todo la calidad de la piel porque ya se vio en otras épocas cómo el abuso de rellenos daba por resultado caras absolutamente artificiales, rígidas, inexpresivas, o cómo cirugías cruentas modificaban los rasgos -señalo-. A mi entender, no por más artificial se parece más joven. El paciente de hace unos años estaba absolutamente operado pero no se veía más joven”.

Raúl Banegas es médico cirujano plástico (MN 79300),y miembro de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica (Sacper) y uno de los más destacados formadores de médicos en Latinoamérica y ante la consulta de este medio destacó: “Estamos entrando en una era vibrante para la estética. Hoy la demanda de los pacientes está creciendo en forma exponencial, y como profesionales tenemos el rol de educar a las personas en su propio viaje estético. Es muy importante entender la importancia de la consulta médica para tener una mayor comprensión que nos ayudará a determinar cómo conectar, tratar y atender a cada paciente y ofrecerle un enfoque más personalizado”.

“Hoy la naturalidad manda”, enfatizó, y agregó: “Dos de las barreras más importantes que tenía un paciente a la hora de hacerse un tratamiento era, por un lado, el miedo a la molestia o dolor y, por otro, la inseguridad acerca de los resultados. Hoy con el advenimiento de las nuevas tecnologías y las redes sociales podemos mostrar el antes y después de casos clínicos, donde se observan mejoras sutiles, leves y positivas, que favorecen y no que transforman ni deforman al paciente”.

En este punto, la médica dermatóloga Claudia Ponsone Bohn (MN 118.711) aportó que “la tendencia que propone esto de envejecer naturalmente es mandataria en la medicina estética actual, que plantea una medicina anti deterioro y no anti envejecimiento”. “Porque envejeceremos de todos modos; el tema es no deteriorarse, y hoy la medicina estética, la dermatología y las cirugías van de la mano con todo esto”, reflexionó.

– ¿Qué hacer para acompañar el paso del tiempo en la piel de manera saludable?

– Sciales: Los signos del envejecimiento cutáneo son visibles en hombres como en mujeres a partir de los 30 o 35 años. Es muy importante ser prudente y empezar a cuidarse antes de que se manifiesten. Las primeras señales suelen ser la pérdida de luminosidad, de elasticidad y signos de expresión.

Para evitar esto, es clave adoptar hábitos saludables. Debemos cuidarnos del estrés, evitar el tabaco, la comida ultraprocesada y mantener una vida activa donde el ejercicio físico esté muy presente. Todo ello se verá reflejado en el organismo y será clave para el bienestar cutáneo.

La alimentación debe ser sana y equilibrada. Si queremos que nuestra piel luzca radiante con el paso de los años, es ideal llevar adelante un plan en la que se incluyan alimentos ricos en antioxidantes, y vitaminas C y E. Estos nutrientes los podemos encontrar en los frutos secos, el pimiento, brócoli, cítricos, el melón o el kiwi, entre otros muchos.

La importancia de la hidratación tanto por fuera como por dentro. La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo, e hidratarlo es algo fundamental que no podemos pasar por alto.

La estrella de los avances en medicina en los últimos años es la importancia que se sabe que tiene el equilibrio del microbioma intestinal en la salud en general, que por supuesto se verá reflejado en la calidad de la piel. La alteración de este equilibrio impedirá la absorción de nutrientes, y ese desequilibrio se verá reflejado desde lo inflamatorio a nivel sistémico hasta una piel opaca y cansada.

– Bermejo: Lo que puede acompañar absolutamente cualquier tratamiento de cualquier índole es respetar las horas de descanso, dormir bien, alimentarse saludablemente y hacer actividad física. De manera que todo el rejuvenecimiento posible desde lo dermatológico esté acompañado por un estilo de vida saludable, que va a ser indudablemente lo que nos cambie el aspecto. Todo eso tiene que estar presente. No se puede cambiar sólo la cáscara, ya que si la piel no está cuidada desde adentro no responderá como se espera a los tratamientos.

Siempre se dice que es mejor prevenir que curar y no es lo mismo tratar una piel con una actitud de vida cuidada versus tener que remontar el paso del tiempo y el deterioro. Siempre que pongo el énfasis en mejorar, en cambiar y sostener a lo largo del tiempo hábitos que ayuden a la calidad de la piel va a ser mejor que revertir el deterioro que se podría haber prevenido.

– Ponsone Bohn: Lo recomendable es acompañar esta tendencia (del wellaging) con hábitos saludables, como tratar de evitar las harinas, los alimentos ultraprocesados, azúcares refinadas, edulcorantes. Todo eso hace que el intestino esté más saludable y, como se sabe cada vez más, la salud del intestino repercute en todo el organismo y por ende la piel se va a ver mejor, ya que es el órgano que más refleja el intestino.

El ejercicio físico también debe estar incluido en este estilo de vida, ya que produce liberación de endorfinas, de factores de crecimiento propios de la piel y de distintos órganos.

Desde la medicina integral la mejor prevención es evitar la inflamación y eso se va a traducir en una mejor salud en general y en una mejor calidad de la piel. Así, cada tratamiento que se aplique a la piel (láser, peeling, rellenos) va a ser mejor aceptado y tolerado y bien integrado.

Si a esto se suma un combo de activos como vitamina C, vitamina D, coenzima Q10 y todos los antioxidantes, como glutatión, el resultado será no sólo una piel radiante sino una persona adulta mayor sin deterioro.

No hay una edad para empezar a cuidarse. La buena alimentación, el ejercicio y la buena hidratación deben ser hábitos que se incorporen desde siempre. Si hablamos de cremas, las que contienen retinol, que previene arrugas, cierra poros y da luminosidad a la piel se pueden empezar a usar desde los 25 años ya que después de los 28 comienza un periodo de deterioro que es el que buscamos evitar.

En síntesis, todos los hábitos de vida saludables que se puedan incorporar, como darse duchas frías, hacer ayunos prolongados, ayudan a tener una piel más reluciente.

Tratamientos no invasivos, aliados del wellaging

Sobre cómo la medicina estética acompaña esta tendencia, Bermejo destacó que “las nuevas tecnologías apuntan a mejorar la calidad de la piel, rejuvenecer el tejido sin modificar el aspecto, y en esto las tecnologías láser y de radiofrecuencia son insuperables”.

“La medicina estética cambió y creció y las tecnologías láser y radiofrecuencias acompañan estos cambios sin cambiar rasgos, respetando la naturalidad”, insistió, al tiempo que recomendó “tecnologías como Morpheus, CO2, radiofrecuencia con microagujas, radiofrecuencias pixeladas, que hacen que la calidad de la piel mejore, se mantenga o se revierta según el caso, respetando los rasgos, la individualidad y acompañando el proceso de envejecimiento, que nunca es una foto, siempre es una película”.

Para Ponsone Bohn, “hoy poder envejecer sin deteriorarse implica que se puede sostener la fisonomía, incluso con rellenos o láseres que guardan la estructura y naturalidad con la que viene el paciente”. Entre sus tratamientos preferidos enumeró “las limpiezas de cutis y peelings, que mejoran la calidad de la piel, siempre en conjunto con activos antioxidantes, omegas, etc”, y destacó: “La medicina estética acompaña con láseres de picosegundos, de CO2, radiofrecuencias, luz pulsada; hay muchas alternativas para mejorar la piel sin llegar a intervenciones invasivas”.

Si de tratamientos en gabinete se trata, Sciales recomendó “Exilis Elite, una plataforma que combina radiofrecuencia monopolar y ultrasonidos para proporcionar los mejores resultados posibles en rejuvenecimiento facial debido a su capacidad para estimular la producción de de colágeno y rellenar arrugas”.

“Aunque puede verse un efecto flash desde la primera sesión, los resultados son acumulativos y normalmente el tratamiento dura entre dos y tres meses; luego de eso se aconsejan algunas sesiones de mantenimiento espaciadas en el tiempo”, explicó la especialista, quien enumeró que “el tratamiento, que también puede usarse para remodelación corporal, está indicado en el rostro para rejuvenecimiento facial, rejuvenecimiento de cuello y escote, reducción de papada o doble mentón, reducción de acné, tratar manchas y abordaje de las lesiones vasculares”.

En otro orden, citó al plasma rico en plaquetas (PRP) como un tratamiento con un “importante efecto antienvejecimiento debido a sus factores de renovación y crecimiento y a la posibilidad de estimular la formación de nuevos capilares que dan oxígeno. También estimula las células dérmicas y reorganiza las fibras de colágeno y elastina”.

“Una de sus principales ventajas es que es un producto que se obtiene del propio paciente, por lo que no ocasiona ningún tipo de inconveniente o rechazo -apuntó Sciales-. Es una técnica mínimamente dolorosa y con ella se consiguen muy buenos resultados. El plasma rico en plaquetas contiene abundantes factores de crecimiento, son sustancias que ayudan a que se generen nuevos vasos sanguíneos en la zona que infiltramos llegando más nutrientes a la misma y, que nos ayudan a aumentar la proliferación de células y de fibras, entre ellas algunas tan interesantes y conocidas como el colágeno y la elastina, que dan consistencia a la piel”.

En general se requieren de tres sesiones con intervalos de un mes para lograr resultados óptimos. Para el mantenimiento, se recomienda una sesión cada seis meses o un año. Los efectos se hacen visibles con el paso de los días y aumentan a medida que estos transcurren. El efecto máximo se observa a los 20-30 días tras el tratamiento.

El papel de los fillers en el cambio de paradigma

El uso de fillers o rellenos es uno de los tratamientos con mayor crecimiento en los últimos años. Se usa para rejuvenecimiento y para reponer volúmenes perdidos con el paso del tiempo. También para armonizar, dar estructura al rostro y para resaltar la belleza, resaltar rasgos.

“Se trata de tratamientos mínimamente invasivos que otorgan el plus de que la persona se ve mejor, pero no se nota que se sometió a un procedimiento, y ese es el secreto de su éxito”, según Banegas.

“Hoy ya no hay un canon de belleza, cada persona es única y eso es lo que se trata de destacar a través de los tratamientos estéticos, siempre buscando la naturalidad y defendiendo la diversidad -remarcó-. No se busca hacernos a todos iguales, sino destacar nuestras diferencias y aquellos rasgos que nos hacen únicos”.

Hay distintos tipos de rellenos de ácido hialurónico para cada zona a tratar: los más densos para dar estructura, los intermedios para los surcos, los más livianos para las arrugas más sutiles y el último es tan liviano que se utiliza para hidratar la piel por dentro.

Son un escalón más en la prevención del envejecimiento. Es ideal para las patas de gallo, el entrecejo o el contorno de los labios, y resulta excelente para realzar los pómulos cuando se pierde el óvalo facial, o para aumentar el tamaño de los labios”, señaló el cirujano.

Entre estos, Sciales destacó Profhilo, “un ácido hialurónico ultra puro, que potencia el aspecto natural de la piel, hidrata desde dentro hacia afuera, y brinda una apariencia rejuvenecida que minimiza las líneas finas y las arrugas”.

Por último, Banegas explicó que este tipo de rellenos “son de rápida aplicación y muy efectivos. Los resultados se ven de inmediato y duran hasta 24 meses, dependiendo del producto que se utilice”.

“Estos tratamientos mejoran, pero siempre de manera sutil. Podemos prevenir y corregir el envejecimiento o embellecer el rostro: iluminarlo, eliminar las ojeras, definir la mandíbula o hacer que los labios se vuelvan protagonistas. Un menú de opciones que apuesta a la diversidad para reivindicar que todas las personas son bellas”, finalizó.

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