La falta de incentivos para la inversión y la prolongada demora en la obtención de permisos de construcción han sido factores determinantes en el actual fenómeno que enfrenta el mercado de oficinas en Chile. A medida que crece la demanda por espacios de trabajo modernos y de calidad, la oferta de nuevos edificios se ha visto reducida de manera significativa. En este contexto, se anticipa que durante los próximos 12 a 18 meses el sector experimentará un periodo crítico, caracterizado por la escasez de stock y la necesidad de empresas de contar con oficinas competitivas. Jorge Araos, director de Oficinas de JLL, comentó que «la falta de incentivos para la inversión, junto con la incertidumbre en los permisos de construcción, son obstáculos que dificultan a las empresas encontrar opciones viables en el mercado».
En respuesta a esta situación, ha surgido la posibilidad de revitalizar edificios en zonas céntricas de Santiago como una estrategia para abordar la creciente demanda de espacios de oficinas. Lugares como Santiago Centro y Providencia ofrecen una serie de inmuebles ubicados en áreas privilegiadas, pero muchos de ellos necesitan inversiones significativas para modernizarse. Los edificios en estas regiones suelen contar con equipamiento obsoleto que ya no satisface las exigencias operativas actuales. Araos enfatizó que «es crucial renovar los sistemas de climatización y seguridad, además de mejorar la velocidad de los ascensores y la calidad de la iluminación, para hacer estos espacios más atractivos para las empresas del presente».
A nivel internacional, existen ejemplos exitosos que muestran cómo la revitalización de espacios puede dar nueva vida a áreas urbanas. La transformación del Meatpacking District en Nueva York o de Puerto Madero en Buenos Aires son casos emblemáticos de reconversión y recuperación de edificios patrimoniales. Santiago también ha comenzado a adoptar este enfoque, vislumbrando un futuro para el emblemático edificio de la Bolsa de Comercio, entre otros inmuebles con valor cultural. Sin embargo, según JLL, estas transformaciones requieren de una gestión pública activa que aspire a fomentar la inversión privada necesaria para llevar a cabo estos proyectos.
«El centro de Santiago y Providencia tiene una oportunidad única para convertirse en polos modernos y competitivos, algo que beneficiaría no solo a las empresas que buscan ubicaciones estratégicas, sino también al entorno urbano en general», concluyó Araos. La revitalización de estos edificios no solo incrementaría la oferta de espacios de oficinas, sino que también podría transformar la dinámica de los barrios, generando un mayor movimiento económico y cultural que reactive el centro de la ciudad. Así, se buscaría ofrecer a empresarios y trabajadores no solo un lugar para laborar, sino un espacio que fomente la colaboración y el crecimiento.
A medida que avanza la conversación sobre el futuro del mercado de oficinas en Chile, se hace evidente que la acción concertada y la inversión en la modernización de espacios son fundamentales para enfrentar la crisis actual. A largo plazo, estas acciones no solo han de ser vistas como una respuesta a la escasez de oficinas modernas, sino como una oportunidad para redefinir la identidad de áreas urbanas que han sido históricamente relevantes. La evolución del mercado dependerá, en gran medida, de la capacidad de adaptarse a las nuevas necesidades y expectativas de las empresas, así como de la colaboración entre el sector público y privado para crear un entorno más atractivo y funcional.