Vivir en Chile es casi una odisea. Las últimas cifras del INE indican que el desempleo subió a un 6,4% respecto del año anterior pero que bajó de acuerdo al último trimestre móvil, lo que hace más difícil la situación de quienes tienen planes para concretar una compra de una vivienda o departamento.
Si bien entre los 20 y 34 años la tasa de desocupación corresponde al 10,3% – cinco décimas menos que en el mismo periodo en 2015- lo que preocupa es el gran aumento de desempleados entre los 35 y 44 años, puesto que ahora es de 5,5% y el año pasado era de 4,6%, lo que se traduce en 15.770 nuevos desocupados.
Los especialistas han indicado que la economía nacional se mantendrá estable pero aún persiste cierta incertidumbre que se ve reflejada en el consumo y en el mercado inmobiliario, el principal afectado en tiempos de “vacas flacas”.
Si hace cinco años atrás era más fácil adquirir una propiedad, ahora el escenario se volvió más complejo a pesar de la oferta existente y de que aún se puede comprar una casa o departamento sin IVA.
Esto también se ve reflejado en los arriendos. En 2010, la oferta de arriendos era diversa y los precios se mantenían entre los 200 y 400 mil en el centro de Santiago. Ahora, el mismo sector ofrece departamentos de un dormitorio – sin estacionamiento o bodega- a partir de los $250.000. Y con mucha suerte.
En tiempos donde la incertidumbre laboral es la consigna, la compra de propiedades se hace cada vez más difícil y buscar un arriendo económico es casi una misión imposible, es imperativo ordenar las aguas, establecer objetivos a corto y mediano plazo y planificar los próximos pasos para concretar el sueño de la departamento o casa propia o, en su defecto, un arriendo en un cómodo lugar.
Tal vez la situación del país no es del todo auspiciosa, pero sí se puede actuar ahora para obtener los frutos esperados en un futuro no tan lejano.
La planificación
De acuerdo a la última encuesta de Casen, sólo el 28% de chilenos posee una cultura del ahorro, una situación bastante preocupante considerando los imprevistos, emergencias y, por supuesto, tener el techo propio para la familia.
Si su principal objetivo invertir en algún proyecto inmobiliario, esta es la oportunidad para sacar las cuentas de su próximo paso como propietario o arrendador.
Lo primero que debe realizar es ver las opciones que ofrece el mercado inmobiliario, las comunas que le gustaría vivir, la cercanía con su trabajo y, por supuesto, el presupuesto que necesita para lograr ese estándar de vida.
Luego de ver el monto que necesita para adquirir o arrendar un espacio, deberá planificar minuciosamente para lograr este objetivo en un mediano plazo, no más allá de cinco años.
Ante esto se debe reunir a la familia, con computador o calculadora y cuaderno en mano y registrar el presupuesto que cuenta el núcleo. Después de revisar, se puede eliminar los gastos innecesarios, los ítems donde se puede ahorrar y crear un plan para tener ingresos extra.
Todos los extras que entre a la familia – no es una mala idea contar con una alcancía o lugar para guardar este dinero – debe destinarse a una cuenta de ahorro para la casa, departamento o arriendo.
Puede ser una situación casi “obvia”, pero lo cierto es que pocas familias realizan este hábito en momentos cuando el dinero escasea. En tiempos de incertidumbre, la consigna es calmarse, tomar las riendas de la situación, planificar, actuar en equipo y llegar a la meta en el corto tiempo posible.