
El académico UC hizo un análisis de los niveles de pensión actuales versus los niveles futuros, con relación al ingreso líquido de toda la vida laboral activa de quienes se pensionaron entre 2012 y 2022. El experto halló que estas tasas son bastante mayores a las que han presentado en esta reforma y en gobiernos anteriores.
Varias revelaciones realizó el director del Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales UC, David Bravo, en el seminario “Pensiones, un necesario re-diagnóstico”, esto según señaló el diario La Tercera en su cobertura especial a dicho evento.
Para su estudio, el experto accedió a una base de datos proveniente de seis de las siete AFP en funcionamiento, con una muestra innominada del 15% de los afiliados, incluyendo pensionados y no pensionados, con el historial completo de cotizaciones, desde mayo de 1981 o desde la fecha de su afiliación, hasta diciembre de 2022.
Tomando todo el historial laboral, apuntó a tener indicadores de la tasa de reemplazo, midiendo cuál es la pensión neta o líquida que tendrá la persona hasta el final de su vida, comparado con el promedio del ingreso neto que tuvo en el periodo de la edad activa.
Bravo concluyó que un hombre que cotizó por 35 años o más, tiene una tasa de reemplazo de 80% si se pensionó antes de los retiros, y de 68% posterior a ellos. Bajo las mismas condiciones, las mujeres tienen una tasa de reemplazo de 58% antes de los retiros, y 50% después de ellos. La presentación de Bravo sostuvo que las “tasas de reemplazo actuales para Chile considerando solo la pensión autofinanciada serían similares al nivel OCDE (66%). En el caso de las mujeres un poco inferiores”.
Importancia de calcular con números netos y efectos de los retiros
Adicionalmente, el economista experto en materia laboral y previsional indicó que tanto este como otros gobiernos han mostrado las tasas de reemplazo estimadas para el sistema en base a información poco precisa, utilizando la última remuneración disponible de la persona pensionada, y entregando una tasa de reemplazo bruta y no líquida.
“Las tasas de reemplazo, cuando se consideran los líquidos, son 20% superiores a las que típicamente se usan (y que ha mostrado el regulador y los gobiernos), entonces, salvo que uno quiera infligirse algún daño y mostrar la situación lo más deteriorada posible, lo que uno tendría que estar haciendo es exactamente lo que se ha hecho, usar las tasas de reemplazo brutas, usar las tasas de reemplazo considerando la última remuneración. Eso no es correcto”, explicó.
Además, la ponencia de Bravo expuso que “no se pueden definir apropiadamente los objetivos de una reforma sin información apropiada sobre las tasas de reemplazo”. Por eso, de acuerdo con el director del Centro de Estudios Longitudinales de la PUC, se hace patente revisar en detalle el diagnóstico: hubo tres retiros entre 2020 y 2022, donde “en vez de ahorrar más, desahorramos como país, giramos US$50 mil millones o más de los fondos de pensiones, básicamente hicimos una antirreforma (…) El escenario base que teníamos sin reforma de pensiones, cambió significativamente, también cambió porque se introdujo la Pensión Garantizada Universal (PGU), pero también el diagnóstico es necesario porque no ha sido posible contar con información detallada de las historias laborales para calcular las tasas de reemplazo”, puntualizó.