En medio de la creciente atención internacional hacia la Antártica, las recientes declaraciones del presidente argentino, Javier Milei, sobre la instalación de una base naval en Ushuaia en colaboración con Estados Unidos, han avivado el debate sobre la soberanía en el continente blanco. Durante una entrevista con el medio Neura, Milei consideró este movimiento como un respaldo al reclamo argentino sobre la Antártica, lo que ha generado reacciones en la Cancillería de Chile.
La Cancillería chilena ha salido al paso para clarificar la situación, enfatizando la importancia de los acuerdos internacionales y la necesidad de evitar controversias sobre la soberanía antártica. A través de un comunicado, el organismo recordó que tanto la reclamación chilena como la argentina sobre territorios antárticos están sujetas al Tratado Antártico, el cual establece la suspensión de dichas reclamaciones para fomentar la cooperación y la paz en la región.
Según La Tercera, la Cancillería chilena también señaló que el proyecto de base naval, cuyos detalles aún no han sido confirmados, parece tener como objetivo principal reforzar la presencia argentina en el Atlántico Sur, haciendo una mención explícita a las Islas Malvinas en las declaraciones de Milei. Este enfatizó la mayor proyección antártica de Chile y el papel de Punta Arenas como principal acceso al continente antártico, reconociendo implícitamente el liderazgo chileno en la región.
El presidente Milei, tras anunciar la creación de la base naval durante su visita a Ushuaia, expresó que este acto representa «el mayor acto de soberanía en los últimos 40 años» y un paso hacia la «recuperación diplomática de las Malvinas».
Este contexto ha revivido tensiones históricas entre Chile y Argentina, particularmente a la luz de acusaciones previas de intentos de apropiación de territorio por parte de Chile, basadas en la publicación de cartas náuticas y declaraciones de derechos soberanos sobre la plataforma continental. Sin embargo, las autoridades chilenas, incluido el entonces presidente Sebastián Piñera y el canciller Andrés Allamand, han defendido firmemente su posición, argumentando que sus acciones están en plena conformidad con el derecho internacional.
La controversia se intensificó con la presentación de un reclamo formal por parte de Argentina en agosto de 2023, debido a un mapa elaborado por la Armada de Chile. A pesar de la queja argentina, la Cancillería chilena sostiene que la información contenida en el mapa ya era conocida y no representa ninguna novedad.
Este episodio subraya la complejidad de las relaciones bilaterales en el Cono Sur, especialmente en lo que respecta a cuestiones de soberanía y presencia estratégica en territorios disputados como la Antártica y las Islas Malvinas. La situación actual refleja la necesidad de diálogo y cooperación, respetando los marcos legales internacionales establecidos.