El Juzgado de Garantía de Rancagua dictó sentencia contra Iván Sánchez Lobos y Pablo Sánchez Reyes, dueño y gerente de operaciones del Parque Safari, por cuasidelito de homicidio tras la trágica muerte de Catalina Torres Ibarra, atacada por un tigre en 2021.
El 5 de agosto de 2021 marcó un día trágico en el Parque Safari de Rancagua cuando Catalina Torres Ibarra, contratada como guía de safari, perdió la vida tras ser atacada por un tigre de bengala llamado «Niño». Las negligencias de los responsables del recinto resultaron decisivas en el fatal desenlace, según determinó la justicia chilena.
Detalles del Caso y Fallo Judicial
El tribunal estableció que Pablo Sánchez Reyes, gerente de operaciones, solicitó a Torres y a dos conductores que realizaran labores de limpieza en instalaciones del parque, tareas para las que ninguno estaba capacitado. La joven inició la limpieza el 6 de agosto de 2021, a las 8:30 de la mañana, junto a sus compañeros, ingresando al sector felino donde el tigre se encontraba suelto.
El fallo revela que las omisiones e infracciones cometidas por Sánchez Reyes incluyeron no establecer protocolos adecuados de seguridad, no informar a los trabajadores de los riesgos en el área y no ofrecer capacitación para labores de limpieza. Esto dejó a la víctima expuesta al ataque mortal que le causó graves lesiones en el cuello y el tórax.
Por su parte, Iván Sánchez Lobos, propietario del parque, también fue señalado por no implementar protocolos efectivos de emergencia ni activar la alerta roja tras el ataque. Además, no utilizó su arma como tirador designado, una acción que podría haber salvado la vida de la joven.
Condenas y Responsabilidades
El Juzgado de Garantía de Rancagua condenó a ambos responsables a 540 días de reclusión menor en su grado mínimo, con costas judiciales incluidas. La sentencia pone énfasis en las graves negligencias de los condenados, calificando sus acciones como determinantes para el trágico desenlace.
El caso también expone falencias en la gestión de seguridad en recintos de alto riesgo, donde las omisiones en la capacitación y el incumplimiento de protocolos ponen en peligro la vida de trabajadores.
La muerte de Catalina Torres Ibarra no solo deja una profunda huella en sus seres queridos, sino también un llamado de atención sobre la necesidad de mayores regulaciones y fiscalización en parques zoológicos y espacios similares.