Siguen sumándose las voces de expertos que no estarían de acuerdo con la propuesta de préstamo del 2% de la cotización adicional. Para el académico del CEP, sería mucho más fácil que el Estado se endeude directamente para obtener esos dineros, más que crear un “complejo y riesgoso sistema de préstamos que duraría hasta el año 2125”.
Una de las propuestas que aún se está negociando en lo relacionado a la reforma de pensiones es la idea de introducir un préstamo solidario del 2% de la cotización adicional. Este préstamo saldría de las cotizaciones de los trabajadores e iría a un fondo que el Estado usaría para mejorar las pensiones hoy, con la promesa de devolver esas cotizaciones en un plazo de 20 años y con un retorno de UF + 2%. Para muchos expertos, esta propuesta sería un reparto encubierto, y muchas encuestas de opinión (como la encuesta Criteria del pasado mes de agosto), indican que los chilenos no confían en ese mecanismo porque temen que el Estado no sea capaz de devolver los dineros en tiempo y forma.
A estas críticas se sumó hoy el economista e investigador del Centro de Estudios Públicos (CEP), Gabriel Ugarte, quien, en una columna en el diario La Segunda, criticó la fórmula del préstamo, tildándola de “excesivamente riesgosa” e “innecesaria”.
Según Ugarte, “es difícil imaginar que el fondo diseñado para pagar beneficios a los jubilados actuales y próximos a pensionarse se mantenga intacto durante los próximos 100 años que durará el esquema de préstamos. Las demandas por beneficios adicionales no desaparecerán”, explica.
Luego señala que “el préstamo parece una solución excesivamente compleja y riesgosa para un problema limitado en el tiempo”.
En su opinión, la necesidad de mejorar pensiones es más crítica en los primeros años, esto porque el Gobierno ya ahorró ciertos recursos al no expandir la PGU y hacerla universal. “Sólo se requieren recursos equivalentes a 2 puntos de cotización por menos de dos años para que el pago de beneficios sea sostenible. ¿No sería más sensato que el Estado asuma directamente esa deuda acotada en vez de crear un riesgoso y complejo sistema de préstamos que se extenderá hasta 2125?”, concluye.
“Es esencial no sobrecargar al país de riesgos de largo plazo”, sentenció Ugarte.